viernes, 3 de enero de 2020

Algo más que un roscón de Reyes



Sin relleno, de nata, de trufa, de crema, de cabello de ángel, de chocolate,... seguro que ya sabéis que hablo del Roscón de Reyes tan típico por estas fechas. A cada persona le gusta de una manera, acompañado de un buen café, un chocolate caliente o acompañado de sí mismo, que también está muy rico a modo de postre o merienda una tarde de invierno. Que digo yo que nada nos impide comer un buen roscón casero cualquier día del año, ¿no? Para eso os traigo mi receta al final, así ya no hay excusa y podemos hacer celebraciones de cumpleaños, aniversarios o cualquier otra ocasión especial con este dulce tan rico. Pero antes, vamos a ver un poco de culturilla navideña.

En estas fechas ya a punto de terminar la Navidad, este dulce típico inunda las casas de medio mundo. Sí, de medio mundo. Y eso es lo que quiero comentar hoy: la Historia del Roscón de Reyes. 

Siglos antes de que llegara el Cristianismo, ya se celebraban las festividades saturnales que tenían lugar a finales del mes de Diciembre. Empezaron a celebrarse en el siglo III a.C. y se hacían en honor al dios Saturno, que era el dios de la agricultura y las cosechas en la mitología romana. 


En esta época existía la diferencia entre esclavos y amos. Durante unos pocos días al año, el poder de unos sobre otros se cancelaba y los esclavos gozaban de cierta libertad para hacer y decir. También podían hablar "mal" de sus amos (aunque imagino que tendrían cierto cuidado en esto, dado que cuando terminase el tiempo de libertad, podían llegar las represalias), no había escuelas ni se hacían juicios en los tribunales, ni estaban permitidas la guerra o las ejecuciones. En medio de este ambiente de relax y alegría, todos los habitantes iban al monte Aventino (una de las colinas donde se construyó Roma) a pasar un día de esparcimiento al aire libre. Vamos, que estaban de vacaciones pasándolo en grande. 

Asimismo, parece lógico pensar que estas fiestas sirvieran no sólo de esparcimiento tal como he explicado antes, sino como celebración del solsticio de invierno, cuando los días ya empiezan a ser un poco más largos y los trabajos de la tierra ya no eran tan exigentes a partir de este momento. Posteriormente, con la llegada del Cristianismo y con el claro objetivo de introducir sus celebraciones propias, se aprovechó para introducir los festejos navideños que conocemos hoy en día en unas fechas en que la población ya estaba acostumbrada a tener días festivos de celebración. Con ello, la transición de unas fiestas a otras fue mucho más suave y terminó por asimilarse de forma natural las fiestas de la celebración del Año Nuevo. 

¿Y dónde entra nuestro roscón en las Saturnales? Pues en unas tortas dulces que se cocinaban con motivo de estas celebraciones, hechas con dátiles, miel e higos y que consumían todos los ciudadanos, fueran nobles o esclavos. A este bollo se le introducía un haba seca ya desde el siglo III, con el objeto de que el comensal al que le tocase en suerte era nombrado "Rey de Reyes". Aunque en la actualidad su significado es bien diferente 😉

Y siguiendo con un poco más de Historia, unos datos más. En el año 1361 en el por entonces Reino de Navarra existía la costumbre de nombrar como Rey de la Faba al niño que encontrase el haba en el roscón; esto hace pensar que ya por aquel entonces, los protagonistas de estas fechas eran los peques de la casa, como en la actualidad. 

Saliendo de las fronteras españolas, nuestros vecinos franceses elaboran un bollo semejante al roscón que se cocina en España, llamado Galette des rois o Couronne des rois. Para ello, rellenan una base de hojaldre con almendra molida, azúcar, mantequilla y yema de huevo. 

Por su parte, nuestros vecinos de Portugal, hacen un bollo llamado Bolo Rei. En este caso, se diferencia del clásico roscón español en que la masa contiene en su interior pasas y frutos secos y está aromatizada con vino de Oporto. Otra de las diferencias reside en la textura que, en el caso del bollo luso, es más como un brioche y no va relleno en ningún caso. 

Para terminar y poder salir corriendo a preparar nuestro propio roscón (o comprarlo si es vuestra preferencia), no puedo dejar de mencionar a mis queridos mexicanos, que recibieron la tradición del roscón en época del Virreinato cuando los europeos llegamos por allí con esta rica tradición. Por supuesto, ellos le han dado su exquisito toque y éste es el que quiero compartir en forma de receta; que cada uno luego elija el que quiera, ¡o disfrute de todos!

Preparación del rosco de reyes mexicano:

En un bol, se mezclan 3,5 g de levadura seca de panadero en 30 ml de agua templada dejando la mezcla reposar durante, al menos, 10 minutos. Tras este tiempo, se añaden un par de cucharadas de harina (de un total de 300 g) y se remueve bien. Se tapa con plástico film y se deja en reposo una media hora. 
Se mezcla el resto de la harina con 85 g de azúcar, ralladura de naranja al gusto y una pizca de sal. En un bol aparte, se mezclan dos huevos, una yema de huevo, el zumo de una naranja y 85 g de mantequilla (o margarina, según gusto/necesidad). Esta mezcla de ingredientes líquidos se une a la de ingredientes secos anterior hasta que quede unido de manera homogénea. Una vez terminado el amasado, se tapa y se deja levar hasta que doble el volumen. En este momento, se desgasifica y se le da la forma final deseada, volviéndolo a tapar para que leve de nuevo. 
En este punto, se prepara la decoración mezclando 45 g de mantequilla (o margarina) con 35 g de azúzar glass o impalpable hasta formar una crema blanca. Se le añade una yema de huevo y harina en cantidad sufuciente hasta formar una masa no pegajosa. Con ella en pequeñas porciones en forma de tiras se decora la masa del roscón, junto con dulce de membrillo y fruta escarchada.
Finalmente, se espolvorea con azúcar glass y se hornea a 180º durante unos 15 minutos o hasta que tenga un color dorado. 

¡Buen provecho y buenos reyes!

domingo, 29 de diciembre de 2019

Nochevieja en el mundo

Sólo faltan 48 horas para que termine este año 2019 y dé comienzo una nueva etapa, llena de oportunidades por venir, alegrías, sinsabores,... vamos, un año más. Sin embargo, no quiero que este post sea uno más en los que hable de las tradiciones de la última noche del año, que suele estar plagada de supersticiones y diversas tradiciones. Mejor dicho, así será. Si bien quiero darle un toque distinto. Todos los años vemos los fuegos artificiales de las principales capitales mundiales plagar de ruido, pólvora y colores las noches festivas, gente bebiendo y celebrando con fiestas multitudinarias el paso al nuevo año/ciclo, y la mañana del 1 de Enero millones de personas alrededor del mundo se levanta de la cama para ver el Concierto de Año Nuevo que se celebra desde 1939 en la Sala Dorada de la Musikverein de Viena por parte de la Orquesta Filarmónica de Viena. 

Todo lo anterior es magnífico y digno de observar y de deleitarnos a los que nos gusta esta época del año, si bien merece la pena también conocer otras tradiciones no tan famosas y que también forman parte de las celebraciones de salida y entrada de año. Pasemos a verlas en más detalle y así aprendemos curiosidades, ¿no?

Quiero empezar por Italia. Aparte de los fuegos artificiales a medianoche o la prenda de ropa interior de color rojo, es bastante conocido y me llama particularmente la atención, que los italianos comen lentejas al empezar el año. Esto parece ser que puede tener varios objetivos: por una parte, que representan la salud y, por otro, la riqueza. De hecho, algo que he podido leer en varios medios es que en muchas casas italianas se regalan monederos con lentejas (espero que crudas en este caso) simbolizando el deseo de riqueza. Pero lo que más me ha llamado la atención de las costumbres de nuestros vecinos italianos tiene relación más con una superstición que con una costumbre: se trata de la primera persona con la que te cruzas al salir a la calle el primer día del año recién estrenado. Si se trata de una persona mayor, el año entrante se caracterizará por la buena suerte en general y, si es una persona del sexo opuesto, representa bonanza amorosa.

Siguiendo con otras costumbres de otros países, ahora le toca el turno a Polonia.

 

En este caso, la fiesta es la gran protagonista. En ciudades como Cracovia, concretamente en la Plaza Mayor de esta ciudad, se organizan conciertos que suelen comenzar a las 20.00h y duran hasta bien entrada la madrugada. Allí celebran la entrada del año nuevo y comienzan las primeras horas del mismo sin necesidad de gastar dinero para pasarlo bien y saludar el año entrante. En el extremo opuesto al bullicio de Cracovia, quien prefiera pasar la Nochevieja de una manera más silenciosa y tranquila, puede ir al sur del país - a Podhale, a unos 100 km de Cracovia - y relajarse en sus aguas termales. ¡Sólo de pensarlo ya quiero buscar alojamiento para el año que viene!

Pasemos ahora a Perú. Al igual que en España y por tratarse de una tradición exportada desde aquí, a las 12 de la noche se comen las uvas mediante una cuenta atrás tal y como se hace aquí, si bien en este caso deben ser 6 blancas y 6 moradas.


Otra tradición también muy extendida es la relacionada con la ropa interior. Hasta que quise indagar sobre las costumbres curiosas de Nochevieja por el mundo, siempre pensé que esta ropa era de color rojo y tenía como objetivo atraer el amor en el nuevo año. Pues bien, en el caso de los peruanos, ellos tienen en su tradición de ropa interior que ésta sea de color amarillo. Sí, amarillo. El objetivo no es amoroso, sino como atrayente de buena suerte y, además, no puede llevarse de cualquier modo: hasta medianoche debe usarse al revés y, pasada la medianoche, ya se puede poner del derecho. Tal vez la ponga en práctica este año 😉.

Sin duda, hay numerosas tradiciones, supersticiones, costumbres y demás actividades relacionadas con la celebración de un acontecimiento como es la entrada de un nuevo año en todos los países del mundo. También nos sorprenderían las costumbres privadas de las personas en cada rincón del planeta y que daría lugar no ya a un post en un blog, sino a un libro de historia. Las expectativas que todos, en mayor o menor medida, tenemos nos dan ilusión y ánimo para llevarlas a cabo. Todo inicio es bueno, ya que supone una catarsis en cierto modo, un cambio, una carga de energía que a veces nos falta por diversos motivos. Ya sea por comer uvas, comer lentejas, no comer nada especial, bailar hasta la madrugada o darse un buen masaje, siempre que la noche merezca la pena la actividad es lo de menos. Y, lo más importante, que el buen espíritu impregne todo el año. ¡FELIZ 2020 🎆🎆🎆!

miércoles, 25 de diciembre de 2019

Navidad al estilo holandés

Hoy doy comienzo de lleno al blog con algo que me encanta: las recetas de cocina internacionales. Y, como no podía ser de otra manera dadas las fechas en las que estamos, traigo una receta de la cocina internacional holandesa muy típica en Navidad. 

Más o menos todos estamos en estos días metidos en una vorágine de actividades, visitas, preparativos, etc. así que siempre viene bien tener alguna receta a mano para poder sorprender a nuestras visitas o, por qué no, darnos un capricho en forma de dulce diferente. Se trata de los oliebollen o bollos de aceite. Pero antes de dejar la recetilla por aquí, veamos qué hacen nuestros amigos holandeses en estos días.

Los días más típicos de celebraciones navideñas en tierras holandesas son los días 25 y 26 de Diciembre; sin embargo, ya desde días antes las calles de todos los pueblos y ciudades del país se llenan de adornos, luces y árboles con la más diversa decoración. Algo bastante típico y que me ha llamado bastante la atención cuando lo leí por primera vez es que, aparte de poner el árbol de Navidad en las casas, se aprovecha para poner un segundo árbol decorado fuera de las mismas. El objetivo es doble: decoración de las calles por parte de los vecinos, y comprobar quién ha hecho la mejor decoración navideña. Las calles lucen preciosas y llenas de un ambiente familiar, alegre y distendido. Personalmente conozco varias personas holandesas y he de decir, desde mi experiencia, que su talante es agradable y muy amable todo el año, ¡no digamos en Navidad! Y ya si ha nevado, el paisaje es de foto. 

Al igual que en España, en Holanda las fiestas navideñas son celebraciones familiares en las que la comida es el principal protagonista. La mañana del día 25, el desayuno suele consistir en pan de pasas y/o pastas de almendras. Pasado el desayuno y después de las visitas de rigor a la familia y amigos, darse una vuelta por los mercadillos de la ciudad es un plan magnífico. Uno de los más bonitos que se puede visitar es, sin duda, el de Rembrandtplein en Ámsterdam. 


En estos mercadillos, cada vez es más frecuente que se compren los bollos de aceite en uno de los puestos habilitados. Pero si hay quien quiere prepararlos en casa y, por ejemplo, salir a dar un paseo con la familia o amigos y ver el ambiente, bien los puede preparar en casa con esta receta:

Ingredientes:
- 125 g. harina.
- 75 ml. leche tibia (o bebida vegetal al gusto)
- 7 g. levadura de panadero.
- 20 g. mantequilla o margarina en punto pomada.
- 15 g. azúcar.
- Ralladura de limón al gusto.
- 1 huevo tamaño L.
- Pizca de sal.
- 20 g. de pasas de uva.
- Azúcar glas o impalpable para la decoración final.
- Aceite de oliva para freir.

Preparación:
Poner las pasas de uva en remojo en agua tibia unas horas antes de la preparación de la receta. Disolver la levadura de panadero en la leche tibia y dejar que repose unos 10 minutos hasta que salgan burbujitas en la superficie, indicando que la levadura está haciendo efecto. A continuación, mezclar la harina con el azúcar, la pizca de sal y la ralladura de limón. Una vez que hayan pasado los 10 minutos, agragar la mezcla de leche y levadura. Con todo bien mezclado, se añade el huevo y se mezcla por completo de nuevo. Escurrir las pasas previamente remojadas y unirlas a la masa anterior. Dejar reposar cubierto con un paño o papel film hasta que doble su volumen. Pasado el tiempo, se remueve y se deja reposar de nuevo hasta que vuelva a subir. Se pone aceite a calentar a fuego alto para freir los bollos; con la ayuda de dos cucharas grandes, se crean las bolas y se fríen hasta que tomen un color dorado. Se dejan escurrir en papel absorbente para que pierdan el exceso de aceite y se espolvorean con azúcar glas o impalpable. ¡Ya el último paso es disfrutarlos!



domingo, 22 de diciembre de 2019

Mi mundo singular

Desde que pensé por primera vez crear un blog en el que contar mi día a día, mis vivencias, mis aficiones, etc. enseguida se me ocurrieron muchísimas ideas que me gustaría compartir. La verdad es que me encanta escribir, tiene un efecto catártico que me hace sentir genial cuando pulso el botón de "Publicar" y entro al blog a ver cómo ha quedado. Creo firmemente que todo el mundo tiene cosas bonitas y buenas que compartir y, por qué no (siempre que no rebase los límites de lo privado), las cosas no tan buenas. En vez de ver las experiencias que nos ocurren cada día como buenas o malas, prefiero verlas como "experiencias" y "aprendizajes". 

En este blog todo el mundo es bienvenido, pero hay un par de premisas que me gustaría que se cumplieran en esta nueva comunidad que me gustaría crear desde hoy mismo: el respeto absoluto por todas las opiniones y los buenos modales. Con ello, tenemos el punto de partida perfecto para pasarlo genial y aprender, ¿no? 

En esta primera entrada me voy a presentar y, con ello, también mi blog. Me llamo Yesica, soy ingeniera aeronáutica y trabajo en una consultora en Madrid donde soy inmensamente feliz. He pasado por años muy duros en lo personal que me han hecho valorar inmensamente lo que tengo: mi trabajo y mi buena salud. Sin ello, no sería quien soy en la actualidad y no podría disfrutar de mis aficiones como la creación de maquetas aeronáuticas, la lectura de libros científicos (bueno, la lectura de lo que caiga en mis manos, en realidad), escribir mis blogs, investigar sobre cocina y recetas internacionales, y un largo etcétera. 

El título de este blog, Vivir en Singular, da cuenta de la que es una de las claves más importantes en mi vida: vivo sola. Cada vez somos más las personas que vivimos solas por elección y disfrutamos de ello, sin tener miedo a la soledad sino viviéndola y experimentándola en toda su plenitud. Querría poder eliminar la connotación negativa que tiene la soledad, que mucha gente entiende como algo triste y propio de personas antisociales o, incluso como me dijeron una vez, gente que no tiene quien los "soporte". ¿En serio me tiene que "soportar" alguien? Yo lo veo más bien como saber distinguir entre dos verbos: querer y necesitar. Me consta que cada vez somos más los que somos conscientes de que no "necesitamos" estar con alguien (sea pareja, amigos, familiares, etc.) para ser felices y sentirnos plenamente realizados. Querer y decidir conscientemente estar o no acompañado en el camino de la vida es lo que me parece más sano desde todos los puntos de vista. Además, el Diccionario de la RAE define la palabra "singular" como "único en su especie" o "Extraordinario, raro o excelente". Me quedo con eso, que la autoestima sube 😀.

Ya para acabar, quiero comentar un poco acerca de los contenidos que quiero compartir por aquí. Como mis aficiones y gustos están muy claramente orientados en una doble vertiente (la aeronáutica y la cocina), estos temas abundarán en forma de reseñas de libros de cocina, recetas internacionales, historia de la comida a lo largo de los tiempos, electrodomésticos que me gusta utilizar en la cocina, etc. Por otro lado, el contenido de otros temas será misceláneo, ya que puede ir desde el seguimiento de mi bote de los recuerdos (quien no sepa lo que es, que espere un poco y lo verá en una próxima entrada 😉), la mudanza que pretendo hacer a lo largo del año 2020 junto al proceso completo desde la búsqueda hasta el primer día en mi nueva vivienda, la ortodoncia que también quiero ponerme en el año que entra, las series y películas que veo algunos fines de semana,.... En fin, que se me agolpan las ideas de todo lo que se viene y no quiero hacer demasiados spoilers, jajaja. 

En definitiva, estoy muy contenta de empezar esta nueva aventura. ¡A ello!

Algo más que un roscón de Reyes

Sin relleno, de nata, de trufa, de crema, de cabello de ángel, de chocolate,... seguro que ya sabéis que hablo del Roscón de Reyes ta...